Discurso de inauguración de la Exposición de alumnos de Willi Baumeister en Wuppertal, el 1 marzo de 1969. Erich Fuchs (1916-1990) también fue profesor de la Academia de Stuttgart entre 1949 y 1958. Asistió a las clases de Baumeister de 1946 a 1947.
Hace veinte años tuvo lugar una exposición de alumnos de Baumeister en Wuppertal porque al artista no se le concedió organizar una exposición para sus alumnos en Stuttgart. Hoy se inaugura la segunda exposición de alumnos de Baumeister, nuevamente aquí, en Wuppertal. Esta exposición, 15 años después de la muerte de Willi Baumeister, tiene por objeto hacer por fin hincapié en el trabajo y los resultados de su escuela. La influencia de Baumeister y su actividad en los años de la posguerra, en los años cuarenta y cincuenta, son tan importantes y destacadas como la Bauhaus en los años veinte. La exposición de hoy, por las dimensiones de las superficies de exhibición y por el número de participantes (son 48), es el primer testimonio verdadero y el primer panorama general de una escuela que en su tiempo fue objeto de controversia y polémica. La Academia de Bellas Artes de Stuttgart fue inaugurada en 1946 por el Ministerio de Educación y Cultura. ¿Cómo era esa Academia?
En aquel momento teníamos la gran oportunidad de recuperar a los "degenerados", a los perseguidos; esta habría sido la reacción auténtica a la época nazi, pero las cosas no fueron así. ¿Fue estupidez o un acto deliberado? Estupidez, porque quizá el ministro de educación consideraba degenerada tanto la evolución artística en el extranjero como la evolución en Alemania antes del período nazi, ¿o fue un acto deliberado? ¿Tenía la modernidad que ser simplemente tolerada, para ser desenganchada en cualquier momento como un vagón de mercancías inutilizable?
Willi Baumeister estaba aislado dentro de la Academia, constantemente expuesto a ataques. A los estudiantes de otras clases que deseaban asistir a los cursos de Baumeister, sus profesores los amenazaban con no corregir sus trabajos. Todas las iniciativas y propuestas de Willi Baumeister de reformar la Academia de Stuttgart, dotándola de una estructura artística global acorde a los tiempos, fueron rechazadas con una vehemencia incomprensible. Y sin embargo, la Academia de Stuttgart era considerada la escuela de arte más moderna de Alemania únicamente gracias a él. (Nota 1: en 1947 se presentó un ciclo de arte moderno organizado por el Dr. Domnick en Stuttgart, en el que Baumeister destacó como exponente de la pintura moderna alemana. En 1948 Willi Baumeister expuso en el Salon des Realités Nouvelles de París, en primera fila entre los pintores no figurativos alemanes. La galería Herbert Herrmann dio a conocer sus obras. Gracias a Baumeister, Stuttgart se convirtió en un crisol de arte contemporáneo. Su estudio era frecuentado por visitantes de todo el mundo. Se publicó su libro Das Unbekannte in der Kunst [Lo desconocido en el arte].)
Sus adversarios en la Academia aducían que un profesor debía saber lo que es el arte. Sobre esto Baumeister opinaba:
Un buen pintor es un buen pedagogo, el alumno percibe mejor con los ojos que con los oídos. No sé exactamente qué es el arte, a veces lo vislumbro, ésa es la razón por la que trabajo. Lo que llamamos arte es un momento en el que crecemos más allá de nosotros mismos, es algo único, que solo puede suceder o realizarse ahora, no hay repetición, solo es posible ahora, en el instante en que nos abrimos camino hacia algo grande; y debemos prepararnos para ese momento. El término pintor artista es pretencioso, cuando pintamos no sabemos si estamos haciendo arte ...
Dijo: No se puede discutir con pedagogos, porque siempre tienen razón. Su objetivo era que los alumnos construyeran sus propios fundamentos.
Construir un fundamento exige tiempo, en este tiempo se decide si el alumno está capacitado para ser pintor. Si no es el caso, el alumno adquiere una base que le permite edificar en otro ámbito. Nosotros no pintamos cuadros, estudiamos.
Las clases de Willi Baumeister se asentaban sobre una base amplia. El alumno debía trabajar el mayor tiempo posible sobre un esbozo, corregirse continuamente. Baumeister solía decir con humor: no haga trampas. No es a mí a quien engaña, sino a usted mismo.
El alumnado de Baumeister aumentó rápidamente. Su propuesta de tener una clase preparatoria propia fue denegada. Mientras que las autoridades, el ministerio y el senado se aferraban a sus antiguas opiniones, unos pocos años después de la guerra la industria empezó a cambiar y a corregir su punto de vista sobre el arte moderno. La influencia de la escuela de Baumeister se hizo notar y empezó a imponerse. Desde el sector de la industria se intentó obtener nuevos impulsos a través de concursos y encargos. (Nota 2: En 1949 tuvo lugar una exposición colectiva de Willi Baumeister en la galería Bucher de París. En 1950 Willi Baumeister defendió en Darmstadt el arte moderno enfrentándose a Hausenstein y Sedlmayr. El mismo año, en un encuentro en Múnich, un político lo trató de bruto; Le Matin de París de 28 de mayo de 1950 reseña este episodio.)
En 1952 John Anthony Thwaites escribió en el Neue Zeitung de Múnich:
Las disciplinas modernas de la Academia de Suttgart se han restringido y no se pueden desarrollar. La antigua Bauhaus no solo estaba compuesta de técnicos y arquitectos, también estaban Klee y Kandinsky, Schlemmer y Feininger. En Stuttgart, en cambio, Baumeister está constreñido por la estructura vertical de la escuela.
Y añadía:
... que la Academia de Stuttgart y los trabajos que le enseñaron corresponden al 1900 y se pregunta de dónde viene esa inmovilidad ajena a la realidad?
En esta época Baumeister me dijo:
Estaré contento cuando salga de aquí, la Academia no me trae más que problemas, me siento muy feliz cada vez que vuelvo a mi ruina y puedo pintar.
En 1954, con motivo de su 65º cumpleaños, se organizó una exposición colectiva en el Kunstgebäude de Stuttgart. Franz Roh calificó esta exposición conmemorativa de triunfo de la pintura no figurativa. El ministerio y el senado estaban satisfechos de, por fin, poder mandar a un espíritu incómodo al banquillo de descanso. Su puesto docente no se prorrogó. Su clase se disolvió. Willi Baumeister fue incluido en la lista de bajas. Unos años después, el rectorado rescindió mi contrato como profesor con la observación de que era demasiado artista. El año anterior, el 13 de febrero de 1968, el Senado escribió un artículo en el Stuttgarter Zeitung con el título El Senado responde con motivo de un conflicto con los estudiantes de la Academia de Stuttgart: el Senado estaría agradecido si se le llamara la atención sobre artistas de la talla de Willi Baumeister como profesor.
Desde hace meses estamos espantados por el descontento de la juventud. Si hoy la juventud nos quita de en medio de un manotazo, es porque no nos ocupamos de ofrecerles un camino. Los modelos, las recetas y las teorías antiguas están en contradicción con la vida actual. Por ello les he presentado la trayectoria de un hombre que intentó en Stuttgart abrir nuevos caminos y posibilidades, pero que chocó con la necedad del Estado, que le impidió realizar sus ideas a mayor escala. Willi Baumeister decía:
Tenemos que esforzarnos por que todo lo que hagamos sea bueno.
En su 80º aniversario le agradecemos por todo lo que hemos aprendido de él. ¡Lo bueno habla por sí mismo!
(Texto mecanografiado, citado de Kermer, 1992, pp. 179 y ss.)