Aspectos

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Del impresionismo a la forma pura

La obra de Willi Baumeister representa en gran parte el desarrollo de la pintura abstracta en Alemania y Europa. Sus primeros trabajos están realizados aún bajo la influencia de su formación académica, pero en particular, de los estilos predominantes hacia el final de siglo.

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Renovación y modernidad

En un segundo período de trabajo, después de la Primera Guerra Mundial hasta finales de los años veinte, Baumeister disoció la conexión tradicional entre forma y color. Su pintura figurativa se redujo y se abstrajo cada vez más en dirección a la forma geométrica –las formas originales, según Baumeister.

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Formas orgánicas y movimiento

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El legado de Baumeister incluye un gran número de fotografías del estudio y de la residencia del artista. Estas imágenes no solo muestran el espectro de su obra dentro de un período determinado, sino que son también una fuente importante en lo que respecta a obras extraviadas o destruidas. También es interesante observar en cada caso cómo el propio artista dispuso sus obras.

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La evolución de la pintura de Baumeister no se vio interrumpida por su destitución de la cátedra de Fráncfort en 1933. Después de la toma del poder por parte de los nacionalsocialistas su obra y su evolución continuaron siendo muy variadas. Tras un período de trabajo marcadamente pictórico, durante un breve lapso a partir de 1936 desarrolló los ideogramas, imágenes extraordinariamente reducidas, tan orgánicas como cargadas de simbolismo.

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Aunque sobre Baumeister pesaba la prohibición de exponer, su obra y su evolución desde 1940 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial fueron muy diversas. La escultura africana, en la que Baumeister veía imágenes universales del origen de la existencia humana, encontró expresión en sus trabajos con un colorido cada vez más intenso. También las formas murales y las estructuras positivo/negativas dominaban su obra, mientras que, junto a la pintura, aparecieron grandes ciclos de dibujos.

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Willi Baumeister desarrolló con determinación un lenguaje formal sugestivo y muy personal, singular en el arte alemán de inmediatamente después de 1945 y que le granjeó gran reconocimiento nacional e internacional en la época de la posguerra, especialmente en los años cincuenta. Por un lado, en este período se encuentran reminiscencias de la diversidad de sus fases figurativas anteriores.

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En su última fase artística aparecieron innumerables seres fantásticos, que ya no procedían del mundo arcaico de años previos. Con ellos, Willi Baumeister continuó desarrollando su forma característica de abstracción descubriendo siempre nuevas modalidades de expresión. En muchos cuadros y en la serigrafía, a la que se dedicó de modo intenso, retomó numerosos temas y problemas formales de sus antiguas creaciones. De este modo, la obra de Baumeister adquirió entre 1950 y 1955 más facetas que nunca.