El artista se sentía especialmente atraído por la sabiduría, la filosofía y el arte del Asia oriental. Su colección comprende 46 piezas de origen asiático, entre ellas también una pequeña colección de xilografías chinas y japonesas. El objeto más importante entre ellas era para él el rollo caligrafiado en tinta china con el símbolo shou (larga vida) que data del siglo XIX y que había recibido como obsequio del Dr. Kurt Herberts en 1941.
Ya durante la época de la guerra Baumeister empezó a interesarse por el budismo zen, lo que tuvo gran influencia en su concepto de lo desconocido. El frotado aplicado en las losas funerarias de la época Han (de 206 a. C. hasta 220 d. C.) lo fascinó tanto que algunos cuadros realizados en 1955, el año de su muerte, llevan el nombre de Han-i por simpatía