Del impresionismo a la forma pura
La obra de Willi Baumeister representa en gran parte el desarrollo de la pintura abstracta en Alemania y Europa. Sus primeros trabajos están realizados aún bajo la influencia de su formación académica, pero en particular, de los estilos predominantes hacia el final de siglo.
En sus cuadros de ambiente de estilo impresionista y postimpresionista de los años 1906 a 1909, con vistas de Stuttgart y escenas en el parque o a orillas del agua, se manifiestan influencias francesas (Claude Monet, Camile Pisarro) y locales (Otto Reiniger).
Esto cambió radicalmente en 1909 cuando empezó a asistir a las clases de Adolf Hölzel y en 1911 con su primera visita a París. Como muchos estudiantes que conoció en las clases de Hölzel –entre otros, Oskar Schlemmer, Johannes Itten, Ida Kerkovius, Hermann Stenner– entró en contacto con nuevas formas de expresión artística, con la necesidad de abstracción y con el esfuerzo por la autonomía de la forma y el color.
A partir de este momento, su arte se apartó del naturalismo representativo, que Baumeister consideró durante toda su vida un "inmovilismo sin alma". Del mismo modo, se esforzaba por evitar todo tipo de ilusión espacial. En su lugar, en trabajos como Litoral (1913), Dibujante y modelo (1913) o Lectores (1914) se aprecia claramente la relación con la superficie.
Entre las composiciones de figuras de los años 1909 a 1913, algunas con más tendencia a la abstracción que otras, se cuentan también los singulares trabajos realizados durante su estancia en Amden entre 1912 y 1913, un intermezzo artístico con formas muy alargadas, que a menudo el artista representaba a contraluz o con fuertes contrastes (por ejemplo, Dos jóvenes, 1913). Pero también aquí su atención no se centraba en la figura dentro del paisaje, sino en la búsqueda de una composición sugestiva entre forma, color y superficie.
En esta época también influyó en Baumeister el encuentro con el arte de Paul Cézanne, que fue orientador en su propia reflexión teórica acerca de la oposición entre naturalismo y abstracción, y del que resultó un gran número de representaciones tempranas de bañistas. Todavía en los años 1950, Baumeister hará referencia a la pintura de Cézanne en sus clases.
Los Lectores y las fotografías del estudio, así como algunas Cabezas realizadas en torno a 1914, no solo ponen de manifiesto las conexiones con la obra de su amigo Oskar Schlemmer, sino que ya remiten por su carácter lineal a la fase constructivista de los años veinte. Una mirada a sus obras a partir de 1919 revela que su servicio en el frente durante casi cuatro años interrumpió la evolución de Baumeister solo en el aspecto temporal, pero no en el artístico.
Sobre el período de trabajo de 1919 a 1927