Al final de los años 1910, Baumeister descubrió el teatro como un nuevo campo para su trabajo artístico. Hasta el momento se había dedicado de forma intensa a la pintura. Pero progresivamente se fue distanciando de la superficie bidimensional. Sus pinturas constructivistas de esta época presentan con frecuencia elementos en relieve. De este modo, ciertas superficies de color o elementos de la composición se destacan por sus cualidades táctiles gracias a la aplicación de yeso o de trozos de madera contrachapada.