La obra de Willi Baumeister representa en gran parte el desarrollo de la pintura abstracta en Alemania y Europa. Sus primeros trabajos están realizados aún bajo la influencia de su formación académica, pero en particular, de los estilos predominantes hacia el final de siglo.
En sus cuadros de ambiente de estilo impresionista y postimpresionista de los años 1906 a 1909, con vistas de Stuttgart y escenas en el parque o a orillas del agua, se manifiestan influencias francesas (Claude Monet, Camile Pisarro) y locales (Otto Reiniger).
Esto cambió radicalmente en 1909 cuando empezó a asistir a las clases de Adolf Hölzel y en 1911 con su primera visita a París. Como muchos estudiantes que conoció en las clases de Hölzel –entre otros, Oskar Schlemmer, Johannes Itten, Ida Kerkovius, Hermann Stenner– entró en contacto con nuevas formas de expresión artística, con la necesidad de abstracción y con el esfuerzo por la autonomía de la forma y el color.